Domingo 21

Me había quedado dormida en la bañera y ahora lo lamentaba. Dolor de hombros y cuello.
Debía comenzar a pensar y tener cuidado, averiguar algo sobre el porqué la magia me habia traido aquí y tratar de hallarle algún sentido.

4:30 pm

Tras darme un buen baño y de haber medioacomodado mis cosas tomé un taxi al centro de la ciudad, ya que moría de hambre. solo me detuve por poco tiempo por comida rápida, mas ahora debia buscar algo mas saludable para llenar el refrigerador.

--No intercambiamos números despues de todo...

Susurré bajito mientras tomaba mi teléfono celular preguntandome si él tenía algo que ver con la llamada de anoche, todo era bastante extraño.

Caminé unos minutos más sin rumbo mientras cargaba en mis brazos las bolsas de la despensa mientras me sumergia a medias en mis deducciones, mas algo me saco de ellas repentinamente.

--¿Que rayos...?

Una sensación escalofriante, como si una ráfaga de viento helado se deslizara desde mi nuca hasta el final de mi columna. ¿Ya la había sentido antes? Cuando me dí cuenta estaba de pie frente a una especie de foresta, y a lo lejos, sobre las copas podia ver las puertas de un templo.

Decidí acercarme cautelosamente al frente del templo, quizas no era la mejor de las ideas, pero tampoco me podía quedar de brazos cruzados ignorando todo aquello que me causa sensaciones extrañas.

"Tienes miedo... ¿Verdad? Temes que te asesine en este instante, ¿O te da mas miedo descubrir que ni el cielo ni Dios existen, y que jamás verás de nuevo a tu adorado papá adoptivo, o a tu queria tia?"

Un terrible escalofrio se apoderó de mi haciendome temblar. Imaginarme su aspera voz, repitiendo esas palabras cuando le apunté con el arma me pusieron algo nerviosa, pero no retrocedí.

--¿De que rayos va todo esto...?

Me pregunté mientras avanzaba cautelosamente por las escaleras. El sol estaba poniendose, y pese a escuchar a mi sentido común decirme que no era una buena idea decidí continuar. Quizás eso me acercaría un poco mas a las respuestas.

Pese aun haber luz de dia el sitio estaba bastante oscuro, la temperatura habia bajado un poco y me obligué a continuar. ¿Que encontraría al final de la larga escalinata? Me agradecí haber andado en bicicleta la mayor parte del tiempo que había estado en Londres, ya que apenas y sentia que me faltaba el aliento.

--Todo parece normal...

Me dije a mi misma mientras miraba a mi alrededor. Copas de hojas oscuras se levantaban a los lados de las escalinatas, troncos gruesos y de aparente textura rugosa con cientos de raices sobresalientes se amontonaban en la aparente oscuridad, no pude percibir nada mas, salvo esa creciente y palpitante sensación de que habia algo extraño en este lugar. Nuevamente un escalofrio me heló la sangre. Mas arriba, pese a las sombras que cubrian el sendero pude notar una silueta humana, un tanto mas alta que yo, en su mano relucia un objeto, tal vez un arma. Rapidamente me hundí contra un arbol cubriendo mi boca para no denotar mi respiracion.

Me deslicé por el arbol hasta el suelo al escuchar aquel horrible sonido. ¿A caso aquella persona habia matado a alguien? Debia pedir ayuda, pero, aquella sensación se intensificó gradualmente.

--Magia...

Sususrré para mi asomandome por entre la corteza y la maleza de los arboles, optando por dejar mis compras en ese sitio, sacando como precaución una de las dagas que Lestrade me había regalado tiempo atrás. Decidí seguir mi camino hacia arriba, evitando el camino principal, caminando con sigilo por entre los arboles y la hojarazca-

Llegué al tope de la escalinata y contuve mi respiración. mis ojos no daban credito a lo que estaba presenciando.

Una extraña chica de cabellos plateados y ojos tan dorados como la miel, y un chico de cabello blanco. Era evidente que ambos eran "magos" pero... ¿A que se referian?

Me mantuve oculta mientras observaba y escuchaba. Tal vez su charla me diese una idea de todo lo que ocurria a mi alrededor.

La situacion se estaba saliendo de control mas rápido de lo que pense, debia tomar una decisión

--"Me voy, o lo ayudo"

Pensé impulsivamente mientras sacaba mi segunda daga, si conseguia ayudarlo lo someteria para que me diese respuestas, almenos había aprendido algo de tácticas de interrogación de Lestrade. Sin más, recubrí de fuego mis dagas y me posicioné detras de otra estatua, cubierta para la vista del sujeto y de la chica.

--¡Burial!

Señalé a la chica como mi objetivo esperando que surtiera efecto mientras me apresuraba a correr haciael sujeto, aprovechando que las extrañas cosas amorfas lo fijaban a el como su diana.

--Corre...

Jalé con fuerza su brazo empujandolo hacia la escalinata. Por alguna extraña razon su voz se me hacia parecida.

Por poco me detengo al escuchar mi nombre en labios del sujeto.

--¿Mi... Miroku?

Sentí un nudo en el estomago junto con la sensacion de haber recibido un balde de agua fria, mas no había tiempo que perder, Necesitaba una explicación, pero ahora no era el momento.

--Corre... no durará mucho tiempo...

Solté al ver como nuevamente la chica comenzaba a emerger de enmedio de la tierra cual pelicula de zombies, la diferencia era que en esta ocasión, meterle una bala a mitad de los sesos seria mas complicado.

Imagino la severidad de mi expresión como para escucharle pedir perdon. Simplemente me permití un momento para tratar de no devolver mi estomago y superar el terrible mareo que roia mi ser.

--¡Que diablos ha sido eso! Y tu... ¿Que te... que paso...?

Musite con tremenda preocupación al verle, sus facciones habian cambiado, ¿Habia sido aquella misteriosa chica?

Trate de mantenerme en pie por mi misma, estaba temblando ligeramente. ¿Que rayos había visto? ¿Que demonios habia sido todo esto, por primera vez pensé en todas aquellas veces en las que Lestrade se frustraba y la sarta de palabras que solia soltar.

--Tu... ¿Que rayos está pasando...?

Musité en un hilo de voz...

Asentí levemente sintiendome terriblemente enferma, por alguna extraña razón tenía miedo de el, de lo que acababa de hacer, di un largo suspiro antes de ayudarlo.

--¿Te... encuentras bien?

Pregunté mirandolo con algo de preocupación. Me dirigí con el a la gran entrada del templo tras recogér misviveres que habia dejado a un lado del camino y paré un taxi.

--¿Te gustaría cenar en mi casa?

Le dediqué una mirada esperando que entendiera lo que significaba realmente, una explicación, una razón, una respuesta a este mundo de locos con habilidades extraordinarias... solo necesitaba eso.

Esboze una sonrisa de hastio y lo empujé dentro del taxi, dando la direccion al chofer.

--Espero que comprendas la situación, Miroku, Al menos me serciorare de que estés en casa y no con una maniatica tratando de asesinarte. Soy conciente de que hablaremos mañana pero solo... solo vamos a casa...

Musite en silencio, tratando de pensar por mi misma, atar los cabos, deducir lo que estaba sucediendo, pero nuevamente la sensación de malestar se apoderó de mi.

--¿Durará mucho?

Pregunté con un jadeo al bajar la ventanilla del taxi, necesitaba aire o una bolsa de papel, lo que ocurriera primero.

--Si...supongo que si...

Respondí nerviosamente mordiendome el labio inferior con fuerza, comenzaba a desesperarme al no hallar las respuestas, mientras mi telefono celular comenzaba a sonar.

--Permiteme, es Mag...

Me detuve en seco, ¿Porqué habia sido tan ciega hasta ahora? No debía levantar ninguna sospecha, asi que contesté la llamada.

--¿Si, Señor Magnussen?

Contesté en el tono mas normal que pude mientras miraba a Miroku, haciendole un gesto para que no pronunciara alguna palabra.

--Oh, querida, solo quería saber como te la estabas pasando en Japón, ¿Alguna novedad, o algun inconveniente?

Vaya, que oportuno, ¿No?

--Ninguna, muchas gracias... de hecho me dirijo al apartamento, acabo de comprar un poco de despensa tras haber pasado la tarde en el acuario, es muy bonito, por cierto...

--Me alegro de que te la estes pasando bien, querida, llamame si se te ofrece alguna cosa, sabes que cuentas con mi apoyo.

--Se lo agradezco mucho, debo colgar, estoy por bajarme, muchas gracias...


Corté la llamada mirando mi teléfono con rabia.

--Maldita sanguijuela... ¿Conoces a algún tipo llamado Charles Magnussen?

Pregunté directamente a Miroku con una mirada penetrante, el debía saber algo, si esque estaba relacionado, de ser así, las cosas iban aun mas profundo.

--¿Juras que solo sabes eso de el? Mi padre me enseño como hacer hablar a una persona con solo mi dedo pulgar...

Respondi mientras seguia mi camino a su lado.

--Mas bien diria que ha sido terriblemente loco, demencial... creo que perdí la cabeza, no sé... si melanzode la ventana ¿Volaria tambien?

Me sentia cansada, hastiada y con mas preguntas que antes

--Ten... espero que podamos hablar...

Le extendí una tarjeta de mi padre tras haber tachado su numero, escribiendo el mio sobre el.