Entré comopude a mi Departamento y comencé sacandome los zapatos, las medias, y practicamente todo hasta quedarme solo en ropa interior mientras me dirigia malhumorada al cuardo de baño, donde abrí las llaves de la regadera.
S: --Vaya decoro el tuyo, dejar tu ropa esparcida por toda la casa.
--Callate y no molestes...
Me encerré en el baño quedandome un largo rato bajo la regadera, tratando de relajarme, para entonces apenas me habiapercatado de que mi servant estaba tocando el violin.
--¿Te molestaría pasarme una toalla?
Extendí mi brazo fuera del baño esperando a que pudiese escucharme.
S: --¿Iremos hoy por un abrigo y una bufanda?
--¿Es en serio?
S: --Quieres tu toalla, ¿No?
--Dime tu nombre verdadero... e Iremos por lo que quieres mas tarde...
Menos de un minuto paso para que me entregara la toalla, con ayuda del arco de mi violin.
--Gracias...
Musité tras secarme y cambiarme de ropa, mas lo que vi me dejo en shock.
El estaba de pie, frente a la mesita de noche junto a mi cama, sujetaba entre sus manos el frasco de loción de Lestrade.
--Podrias dejar eso en su lugar, por favor?
S: --Dime que es, y me lo pensare...
De nuevo tenia aquella mirada en su rostro, aquella que significaba que habia pensado o descubierto algo.
--Es muy importante, valioso y delicado, asi que no lo rompas, dejalo en su sitio, por favor.
Miraba con precaucion sus movimientos, no era que creyera que fuese un estupido, pero me costaba confiar en el.
S: --Asi que... Este inutil frasco es algo valioso para ti? ¿Porque?
--Porque pertenecio a mi padre, ahora bajalo...
Lo dejo sobre la comoda comosi fuese algo comun y me miro con una pequeña mueca de escepticismo.
S: --Ustedes son idiotas, pero idiotas curiosos; cuando se trata de ti no tiendes a pensar mucho, pero por cosas como esta, muestras toda tu determinacion. Antes te hice daño, me permitiste hacerte daño... ¿Ves cuan estupida eres?
Bufo burlon antes de desviar la mirada.
S: --Si no prepararas un buen café realmente te asesinaria aqui mismo... No mereces escuchar mi nombre
S: --Vaya decoro el tuyo, dejar tu ropa esparcida por toda la casa.
--Callate y no molestes...
Me encerré en el baño quedandome un largo rato bajo la regadera, tratando de relajarme, para entonces apenas me habiapercatado de que mi servant estaba tocando el violin.
--¿Te molestaría pasarme una toalla?
Extendí mi brazo fuera del baño esperando a que pudiese escucharme.
S: --¿Iremos hoy por un abrigo y una bufanda?
--¿Es en serio?
S: --Quieres tu toalla, ¿No?
--Dime tu nombre verdadero... e Iremos por lo que quieres mas tarde...
Menos de un minuto paso para que me entregara la toalla, con ayuda del arco de mi violin.
--Gracias...
Musité tras secarme y cambiarme de ropa, mas lo que vi me dejo en shock.
El estaba de pie, frente a la mesita de noche junto a mi cama, sujetaba entre sus manos el frasco de loción de Lestrade.
--Podrias dejar eso en su lugar, por favor?
S: --Dime que es, y me lo pensare...
De nuevo tenia aquella mirada en su rostro, aquella que significaba que habia pensado o descubierto algo.
--Es muy importante, valioso y delicado, asi que no lo rompas, dejalo en su sitio, por favor.
Miraba con precaucion sus movimientos, no era que creyera que fuese un estupido, pero me costaba confiar en el.
S: --Asi que... Este inutil frasco es algo valioso para ti? ¿Porque?
--Porque pertenecio a mi padre, ahora bajalo...
Lo dejo sobre la comoda comosi fuese algo comun y me miro con una pequeña mueca de escepticismo.
S: --Ustedes son idiotas, pero idiotas curiosos; cuando se trata de ti no tiendes a pensar mucho, pero por cosas como esta, muestras toda tu determinacion. Antes te hice daño, me permitiste hacerte daño... ¿Ves cuan estupida eres?
Bufo burlon antes de desviar la mirada.
S: --Si no prepararas un buen café realmente te asesinaria aqui mismo... No mereces escuchar mi nombre