Me había quedado profundamente dormida sin saber que hacer.
Estaba acurrucada en un extremo de la cama mientras que la escama descansaba en el otro extremo. El silencio se habia apoderado de la habitación, salvo por el monocromático segundero del reloj de pared.
Me desperecé en mi lugar, mirando fijamente la escama, facilmente era mas grande que mi propia mano de largo, y quizas del doble de ancho, bajo la tremula luz de la luna que se colaba por las palidas cortinas podia verla como una uniforme, lisa y perfecta mancha de sangre sobre mi edredón.
--¿De donde provienes~?
Pregunté en voz baja mientras la miraba fijamente. Suspiré ante el silencio optando por ir por un poco de té de menta a la cocina, antes de volver a mi cama, sin atreverme a mover aquella gigantesca escama.
Dejé mi taza a un lado mientras tomaba de vuelta aquel libro viejo y comenzaba a releerlo, pese a haberlo memorizado tenia la esperanza de hallar algo que me pudiese ayudar de algo.
Solo pude evocar brevemente un conjuro invocador, el cual recité sin mucho convencimiento.
"Llenar, llenar, llenar, llenar, llenar… repite cinco veces… mas cada vez que este lleno destrúyelo… una base de plata y hierro… una base de piedra… y el archiduque contratista… y mi ancestro… el gran maestro…Schweinorg… una pared para bloquear al viento… las puertas de los puntos cardinales cercanos… saca la corona… sigue la orquilla de camino hacia el reino…”
Por alguna extraña razon aquella marca en mi mano, junto con la escama comenzaron a emitir una palida luz, y el circulo de la tapa del viejo libro también. Algun impulso me obligo a continuar por encima de mi sorpresa y el temor.
“Presta atención a mis palabras… mi voluntad creara tu cuerpo… y tu espada forjará mi destino… si accedes a mi voluntad y razón… atiende al llamado del santo grial… asi que responde...
Por alguna extraña razon todo estaba comenzando a tomar sentido, una guerra, invocaciones, demonios, ancestros... era esto por lo cual estaba siendo sacrificada como un chivo expiatorio. Solo mi furia interna me obligo a continuar...
Por lo presente te juro que seré la representación del bien en el mundo… y dispondré de todo lo malo de este mundo…
Tu… envuelto en la gloriosa trinidad del poder… ven y acude desde el circulo de prohibición… guardian de la balanza celestial…”
Una terrible sensacion de pesadez, cansancio y un poco de dolor en mi diestra fueron solo una pequeña parte, antes de notar lo que había desatado.
La mesa estaba hecha añicos, y en el suelo de mi habitación había un circulo,identico al de la portada de aquel libro, humo, demasiado humo y un sujeto estaba alli, de pie, mirandome fijamente con unos penetrantes ojos azules, que a su vez parecian estar ardiendo en llamas.
S: ¿Para que me llamas?
Su voz era profunda, comoel ronroneo gutural de una pantera que amenaza con rugir, como una nota profunda en un violonchelo tocadoen manos expertas. Una voz paralizante.
--Y...yo...
Senti miedo... ¿De esto me hablaba Miroku?
Desee huir.
Estaba acurrucada en un extremo de la cama mientras que la escama descansaba en el otro extremo. El silencio se habia apoderado de la habitación, salvo por el monocromático segundero del reloj de pared.
Me desperecé en mi lugar, mirando fijamente la escama, facilmente era mas grande que mi propia mano de largo, y quizas del doble de ancho, bajo la tremula luz de la luna que se colaba por las palidas cortinas podia verla como una uniforme, lisa y perfecta mancha de sangre sobre mi edredón.
--¿De donde provienes~?
Pregunté en voz baja mientras la miraba fijamente. Suspiré ante el silencio optando por ir por un poco de té de menta a la cocina, antes de volver a mi cama, sin atreverme a mover aquella gigantesca escama.
Dejé mi taza a un lado mientras tomaba de vuelta aquel libro viejo y comenzaba a releerlo, pese a haberlo memorizado tenia la esperanza de hallar algo que me pudiese ayudar de algo.
Solo pude evocar brevemente un conjuro invocador, el cual recité sin mucho convencimiento.
"Llenar, llenar, llenar, llenar, llenar… repite cinco veces… mas cada vez que este lleno destrúyelo… una base de plata y hierro… una base de piedra… y el archiduque contratista… y mi ancestro… el gran maestro…Schweinorg… una pared para bloquear al viento… las puertas de los puntos cardinales cercanos… saca la corona… sigue la orquilla de camino hacia el reino…”
Por alguna extraña razon aquella marca en mi mano, junto con la escama comenzaron a emitir una palida luz, y el circulo de la tapa del viejo libro también. Algun impulso me obligo a continuar por encima de mi sorpresa y el temor.
“Presta atención a mis palabras… mi voluntad creara tu cuerpo… y tu espada forjará mi destino… si accedes a mi voluntad y razón… atiende al llamado del santo grial… asi que responde...
Por alguna extraña razon todo estaba comenzando a tomar sentido, una guerra, invocaciones, demonios, ancestros... era esto por lo cual estaba siendo sacrificada como un chivo expiatorio. Solo mi furia interna me obligo a continuar...
Por lo presente te juro que seré la representación del bien en el mundo… y dispondré de todo lo malo de este mundo…
Tu… envuelto en la gloriosa trinidad del poder… ven y acude desde el circulo de prohibición… guardian de la balanza celestial…”
Una terrible sensacion de pesadez, cansancio y un poco de dolor en mi diestra fueron solo una pequeña parte, antes de notar lo que había desatado.
La mesa estaba hecha añicos, y en el suelo de mi habitación había un circulo,identico al de la portada de aquel libro, humo, demasiado humo y un sujeto estaba alli, de pie, mirandome fijamente con unos penetrantes ojos azules, que a su vez parecian estar ardiendo en llamas.
S: ¿Para que me llamas?
Su voz era profunda, comoel ronroneo gutural de una pantera que amenaza con rugir, como una nota profunda en un violonchelo tocadoen manos expertas. Una voz paralizante.
--Y...yo...
Senti miedo... ¿De esto me hablaba Miroku?
Desee huir.